Nocturno op. 32, F. Chopin

Movimientos

  1. Andante sostenuto
  2. Lento

Fryderyk Chopin fue un compositor romántico polaco, criado en una casa campestre. Desde joven mostró interés por la música, y a los 20 años ya era un pianista y compositor famoso, a pesar de tener pánico escénico. Fue muy apegado a sus raíces polacas y desde el exilio sufrió la nostalgia por su país, que hasta morir de tuberculosis, no volvió a pisar.

Se podría decir que es el compositor más popular para piano, dedicando prácticamente toda su obra a ese instrumento, ya que según él le bastaba para todo lo que quería expresar. Sólo hizo una sonata para cello y piano y un trio.

Dentro de su amplio catálogo para piano están sus nocturnos, estudios, sonatas, mazurkas, polonesas, preludios, conciertos, scherzos y baladas.

Su estilo se basa en el uso de adornos, melodías cantabiles (“cantables”), frases largas, explotación mágica de la armonía y transparencia de pedal y ligereza. Su transparencia denota la influencia de Mozart y Bach. Sus eternas melodías imitaban la voz generalmente femenina, se sabe que era un fiel admirador de las soprano, casi toda su música estaba dedicada a sus musas o mecenas. Aunque su mayor y conocido amor fue George Sand, una escritora soltera con dos hijos que se hizo pasar por hombre para poder publicar. Tuvieron una relación muy seria, viajaron y vivieron juntos, pero Chopin comenzó a enfermarse de tuberculosis y tenía la paranoia de que por eso Sand ya no le quería.

Era un hombre tímido, sensible y reservado, prefiriendo tocar en ocasiones más íntimas o de salones, antes que en grandes escenarios (como le gustaba a Liszt). De hecho su pánico escénico se podría explicar por su personalidad. Fue apoyado por unos Schumanns (Robert y Clara) más adultos y admirado por sus coetáneos F. Liszt y J. Brahms.

Estos dos nocturnos Op.32 fueron escritos dedicados a Madamme la Baronne de Billing. Este tipo de obras se caracterizan por su carácter soñador, personal y fantástico, melodías cantadas y repetitivas, frases largas, transparencia y expresividad. El segundo nocturno tiene modulaciones (son cambios armónicos, podrían describirse como “viajes auditivos”) más marcadas que el primero, pero disimuladas para la escucha.